¡Abba Pater!!!....de María Gladys.vc: 4º domingo de SAN JOSÉ

miércoles, 14 de febrero de 2018

4º domingo de SAN JOSÉ

4º domingo
Dolor:
Cuando escucha la profecía de Simeón al predecir el dolor de Jesús y María.

Alegría:
Cuando escucha que Simeón predice la resurrección y salvación de muchas almas.

Oración inicial :

¡Oh, san José!, aquí, aquí está tu puesto de Protector universal de la Iglesia. Te hemos querido dar a través de las voces y los documentos de nuestros inmediatos antecesores del último siglo – de Pío IX a Pío XII – una corona de honor, en eco a los testimonios de afectuosa veneración, que ya se alzan de todas las naciones católicas y de todas las regiones misioneras. Se siempre nuestro protector. Que tu espíritu interior de paz, de silencio, de buen trabajo y de oración, al servicio de la Santa Iglesia, nos vivifique siempre y nos alegre en unión con tu Esposa bendita, la dulcísima e Inmaculada madre nuestra, en el amor fuertísimo y suave de Jesús, el rey glorioso e inmortal de los siglos y de los pueblos. Así sea.

S.S. Juan XXIII

Reflexión :

San José, cuando escucha sobre el sufrimiento que deberán afrontar Jesús y María, sufre como padre y como esposo. Él que ha sido llamado a proteger a la sacra familia no puede evitar que suceda aquello que escucha, ni mucho menos entiende a perfección el misterio de esas palabras... pero intuye el dolor que experimentarán.
Pero Dios nunca deja a sus hijos sumergidos en el dolor, es entonces que goza inefablemente por la victoria de su Hijo que anuncia el anciano y sobre todo por la salvación de muchas almas de ese "pueblo de Israel" que esperaba "su liberación"...y que ahora es el mismo José testigo ocular de la llegada del Mesías entre nosotros.

El dolor y el gozo, son dos antípodas constantes y que tipifican la existencia humana. Dios conoce perfectamente su creación y nunca nos deja sumergidos en el dolor, a cada noche sucede un amanecer, a cada ocaso un alba, a cada lágrima una sonrisa...y a cada muerte : ¡LA RESURRECCIÓN!!..
¡Ese es nuestro Dios!! :
nos conduce por diversos caminos y nos hace saber que es Él mismo...quién camina con nosotros.