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domingo, 7 de julio de 2019

"Varón y mujer los creó"... ¡GENDER!!... 4 de 8


CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA
(de los Institutos de Estudios)


« VARÓN Y MUJER LOS CREÓ »
PARA UNA VÍA DE DIÁLOGO SOBRE LA CUESTIÓN DEL GENDER EN LA EDUCACIÓN


CIUDAD DEL VATICANO
2019


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PROPONER





Antropologia cristiana




30. La Iglesia, madre y maestra, no solo escucha, sino que, fortalecida por su misión original, se abre a la razón y se pone al servicio de la comunidad humana, ofreciendo sus propuestas. 




Es evidente que sin una aclaración satisfactoria de la antropología sobre la cual se base el significado de la sexualidad y la afectividad, no es posible estructurar correctamente un camino educativo que sea coherente con la naturaleza del hombre como persona, con el fin de orientarlo hacia la plena actuación de su identidad sexual en el contexto de la vocación al don de sí mismo. 




Y el primer paso en esta aclaración antropológica consiste en reconocer que «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo».26 




Este es el núcleo de esa ecología del hombre que se mueve desde el «reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano» y desde la necesaria relación de su vida « con la ley moral escrita en su propia naturaleza ».27



31. La antropología cristiana tiene sus raíces en la narración de los orígenes tal como aparece en el Libro del Génesis, donde está escrito que «Dios creó al hombre a su imagen [...], varón y mujer los creó» (Gen 1,27). 




En estas palabras, existe el núcleo no solo de la creación, sino también de la relación vivificante entre el hombre y la mujer, que los pone en una unión íntima con Dios. 


El sí mismo y el otro de sí mismo se completan de acuerdo con sus específicas identidades y se encuentran en aquello que constituye una dinámica de reciprocidad, sostenida y derivada del Creador.



32. Las palabras bíblicas revelan el sapiente diseño del Creador que «ha asignado al hombre como tarea el cuerpo, su masculinidad y feminidad; y que en la masculinidad y feminidad le ha asignado, en cierto sentido, como tarea su humanidad, la dignidad de la persona, y también el signo transparente de la “comunión” interpersonal, en la que el hombre se realiza a sí mismo a través del auténtico don de sí».28 





Por lo tanto, la naturaleza humana, para superar cualquier fisicismo o naturalismo, debe entenderse a la luz de la unidad del alma y el cuerpo, « en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y biológico, así como de todas las demás características específicas, necesarias para alcanzar su fin».29



33. En esta «totalidad unificada »30 se integran la dimensión vertical de la comunión con Dios y la dimensión horizontal de la comunión interpersonal, a la que son llamados el hombre y la mujer.31



La identidad personal madura auténticamente en el momento en que está abierta a los demás, precisamente porque « en la configuración del propio modo de ser, femenino o masculino, no confluyen sólo factores biológicos o genéticos, sino múltiples elementos que tienen que ver con el temperamento, la historia familiar, la cultura, las experiencias vividas, la formación recibida, las influencias de amigos, familiares y personas admiradas, y otras circunstancias concretas que exigen un esfuerzo de adaptación».32



De hecho, «para la persona humana es esencial el hecho de que llega a ser ella misma sólo a partir del otro, el “yo” llega a ser él mismo sólo a partir del “tú” y del “vosotros”; está creado para el diálogo, para la comunión sincrónica y diacrónica.




 Y sólo el encuentro con el “tú” y con el “nosotros” abre el “yo” a sí mismo».33



34. Es necesario reiterar la raíz metafísica de la diferencia sexual: de hecho, hombre y mujer son las dos formas en que se expresa y se realiza la realidad ontológica de la persona humana. 




Esta es la respuesta antropológica a la negación de la dualidad masculina y femenina a partir de la cual se genera la familia. 




El rechazo de esta dualidad no solo borra la visión de la creación, sino que delinea una persona abstracta « que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya.



Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente. 




Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. 



Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia ».34



35. En esta perspectiva, educar a la sexualidad y a la afectividad significa aprender « con perseverancia y coherencia lo que es el significado del cuerpo»35 en toda la verdad original de la masculinidad y la feminidad; significa « aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados [...]. 




También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente [...], y enriquecerse recíprocamente ».36 



Por lo tanto, a la luz de una ecología plenamente humana e integral, la mujer y el hombre reconocen el significado de la sexualidad y la genitalidad en aquella intrínseca intencionalidad relacional y comunicativa que atraviesa su corporeidad y los envía mutuamente el uno hacia el otro.

 



                  


NOTAS :

26 Benedicto XVI, Discurso al Reichstag de Berlín, 22 de septiembre del 2011.
27 Papa Francisco, Carta encíclica sobre el cuidado de la casa común Laudato si’, 24 de mayo de 2015, nn. 154-155.
28 Juan Pablo II, “Valoración de la dignidad del matrimonio y de la familia”, Audiencia general, 8 de abril de 1981, Enseñanzas, IV/1 (1981), p. 904.
29 Veritatis splendor, n. 50.
30 Cf. Idem.
31 «El hombre y la mujer constituyen dos modos de realizar, por parte de la criatura humana, una determinada participación del Ser divino: han sido creados “a imagen y semejanza de Dios” y llenan esa vocación no sólo como personas individuales, sino asociados en pareja, como comunidad de amor. Orientados a la unión y a la fecundidad, el marido y la esposa participan del amor creador de Dios, viviendo a través del otro la comunión con El», Orientaciones educativas sobre el amor humano, n. 26; se vea también Cf. Congregación para la Educación Católica, Educar al diálogo intercultural en la escuela católica. Vivir juntos para una civilización del amor, 28 de octubre de 2013, nn. 35-36.
32 Amoris laetitia, n. 286.
33 Benedicto XVI, Discurso a la 61ª asamblea general de la Conferencia Episcopal italiana, 27 de mayo de 2010.
34 Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2012.
35 Amoris laetitia, n. 151.
36 Laudato si’, n. 155.




Post. Documento completo : 
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Pd:
Les dejo el documento completo en la web de Congregación para la Educación Católica. CEC, editado en 5 idiomas :





VARÓN Y MUJER LOS CREÓ  (pdf)

“MALE AND FEMALE HE CREATED THEM”

« IL LES CRÉA HOMME ET FEMME»

« MASCHIO E FEMMINA LI CREÒ »

« HOMEM E MULHER OS CRIOU » 



EDUCAZIONE SUPERIORE DELLA CHIESA CATTOLICA.
Congregazione per l'Educazione Cattolica della Santa Sede : Documenti della Congregazione 



VATICAN.NEWS
Comentarios al documento :

Obispos de Inglaterra y Gales dan bienvenida al documento “Varón y mujer los creó”

Educación Católica sobre gender: distinguir entre ideología y estudios


Versaldi: “Sobre género debemos dialogar sin renunciar a nuestra identidad



Santa Sede: la ideología de género es un paso atrás para la humanidad