Queridos hermanos,
la muerte es una "situación límite" en la experiencia humana. Y así como el nacimiento de un bebé cambia por completo nuestras vidas, la muerte de una persona tiene un influjo sobre nuestras vidas. La ausencia de aquella persona nos produce un vacío, una tristeza, pero, la Palabra de Dios, esta siempre ahí, para cada uno de nosotros, para sanar nuestras heridas y ver con agradecimiento todo lo vivido, y lo que es mejor: nos ilusiona en el ¡reencuentro final!
Jesús, el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, nos recuerda a través de la Sagrada Escritura, que lo que viene después, es en realidad la verdadera vida.
Meditemos su Palabra sanadora y jubilosa que nos recuerda, que ¡Dios nos hizo para el Cielo!!!
Que tengan una santa y gozosa meditación en torno al significado real de la hermana muerte...
ÍNDICE
PARA LAS EXEQUIAS DE ADULTOS
1. Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos
Lectura de los Hechos de los Apóstoles. 10, 34-43
2. Justificados ahora por su sangre, seremos por él salvados de la cólera
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 5, 5-11
3. Donde reinó el pecado, reinará la gracia
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 5, 17-21
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-9
5. Aguardando la redención de nuestro cuerpo
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 8, 14-23
6. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31b-35.37-39
7. En la vida y en la muerte somos del Señor
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos 14, 7-9.10b-12
8. Por Cristo, todos volverán a la vida
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 15,20-24a.25-28
9. La muerte ha sido absorbida en la victoria
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios 15,51-57
10. Tenemos una casa eterna en los cielos
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Corintios 5, 1.6-10
11. Transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 3, 20-21
12. Estaremos siempre con el Señor
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 4, 12-17
13. Si morimos con él, viviremos con él
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a Timoteo 2, 8-13
Lectura de la primera carta del apóstol San Juan 3, 1-2
15. Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos
Lectura de la primera carta del apóstol San Juan
3, 14-16
16. Dichosos los muertos que mueren en el Señor
Lectura del libro del Apocalipsis 14,13
17. Los muertos fueron juzgados según sus obras
Lectura del libro del Apocalipsis 20, 11-21,1
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 1-5a.6b-7
Fuente :
Misal Romano completo.
Andrés Pardo
Madrid. 1988
B.A.C
- Apéndice IV. Leccionario de difuntos. pg. 1343.
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LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO
1. Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
10, 34-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
- Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los israelitas anunciando la paz por Jesucristo, el Señor de todos.
Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucito al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
Nos encargo predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.
2. Justificados ahora por su sangre, seremos por él salvados de la cólera
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
5, 5-11
Hermanos: La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos ha dado. En efecto, cuando estábamos todavía sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos - en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir- ; más la prueba de que Dios nos ama es que Cristo siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera!
Si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida! Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
3. Donde reinó el pecado, reinará la gracia
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
5, 17-21
Hermanos: Por el pecado de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte. ¡Cuánto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la salvación! Por tanto, si el pecado de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la salvación y la vida.
Si, por la desobediencia de uno, todos se convirtieron en pecadores, así, por la obediencia de uno, todos se convertirán en justos. La ley se introdujo para que creciera el pecado; pero si creció el pecado causando la muerte, así también, por Jesucristo nuestro Señor, reinará la gracia causando la salvación y la vida eterna.
4. Andemos en una vida nueva
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
6, 3-9
Hermanos: los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, creemos que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él.
5. Aguardando la redención de nuestro cuerpo
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
8, 14-23
Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos De Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y si somos hijos, también herederos; herederos De Dios y coherederos con Cristo.
Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos la primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
6. ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
8, 31b-35.37-39
Hermanos: si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió; más aún, resucito y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quien podrá apartarnos del amor de Cristo?; ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?
Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquél que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
7. En la vida y en la muerte somos del Señor
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos
14, 7-9.10b-12
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor.
Para esto murió y resucito Cristo: para ser Señor de vivos y muertos. Todos compareceremos ante el tribunal De Dios, porque esta escrito: <<Por mi vida, dice el Señor, ante mí se doblará toda rodilla, a mí me alabará toda lengua>>. Por eso, cada uno dará cuenta a Dios de sí mismo.
8. Por Cristo, todos volverán a la vida
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
15,20-24a.25-28
Hermanos: Cristo ha resucitado, primicia de todos los que han muerto. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después cuando él vuelva, todos los cristianos, después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino.
Cristo tiene que reinar hasta que Dios <<haga de sus enemigos estrado de sus pies>> -el último enemigo aniquilado será la muerte-. Porque dice la Escritura: <<Dios ha sometido todo bajo sus pies>>, y al decir que lo ha sometido todo, es evidente que excluye al que lo ha sometido todo. Al final, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos.
9. La muerte ha sido absorbida en la victoria
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Corintios
15,51-57
Hermanos: Os voy a declarar un misterio: no todos moriremos, pero todos nos veremos transformados. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque de la última trompeta; porque resonará, y los muertos despertarán incorruptibles y nosotros nos veremos transformados. Porque esto corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad. Cuando esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal tiene que vestirse de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita:
<<La muerte ha sido absorbida en la victoria. ¡Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está muerte, tu aguijón?>>
El aguijón de la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado es la ley. ¡Demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!
10. Tenemos una casa eterna en los cielos
lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios
5, 1.6-10
Hermanos: Es cosa que ya sabemos: si se destruye este nuestro tabernáculo terreno, tenemos un sólido edificio construido por Dios, una casa que no ha sido levantada por mano de hombre y que tiene duración eterna en los cielos. Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivamos, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe.
Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor.
Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.
11. Transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses
3, 20-21
Hermanos: Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
Él transformará nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para sometérselo todo.
12. Estaremos siempre con el Señor
Lectura de la primera carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses
4, 12-17
Hermanos: No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos, para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo a los que han muerto en Jesús, Dios los llevará con él.
Esto es lo que decimos como Palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para su venida, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatos con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras.
13. Si morimos con él, viviremos con él
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a Timoteo
2, 8-13
Querido hermano: Haz memoria de Jesucristo el Señor, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David. Este ha sido mi Evangelio, por el que sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor. Pero la Palabra de Dios no esta encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación, lograda por Cristo Jesús, con la gloria eterna.
Es doctrina segura: si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, también él nos negará. Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.
14. Le veremos tal cual es
Lectura de la primera carta del apóstol San Juan
3, 1-2
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos De Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.
Queridos: ahora somos hijos De Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es.
15. Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos
lectura de la primera carta del apóstol San Juan
3, 14-16
Queridos hermanos: Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros.
También nosotros debemos dar nuestras vidas por los hermanos.
16. Dichosos los muertos que mueren en el Señor
Lectura del libro del apocalipsis
14,13
Yo Juan, oí una voz que decía en el cielo: ¡Dichosos ya los muertos que mueren en el Señor! Sí (dice el Espíritu), que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
17. Los muertos fueron juzgados según sus obras
Lectura del libro del Apocalipsis
20, 11-21,1
Yo, Juan vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. A su presencia desaparecieron cielo y tierra, porque no hay sitio para ellos. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono.
Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el registro de los vivos. Los muertos fueron juzgados según sus obras escritas en los libros.
El mar entregó sus muertos, Muerte y Abismo entregaron sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después, Muerte y Abismo fueron arrojados al lago del fuego -el lago de fuego es la segunda muerte- .
Los que no estaban escritos en el libro de los vivos fueron arrojados al lago del fuego. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado y el mar ya no existe.
18. Ya no habrá muerte
Lectura del libro del Apocalipsis
21, 1-5a.6b-7
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
Y escuche una voz potente que decía desde el trono: -Esta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: -<<Ahora hago el universo nuevo>>. Yo soy el alfa y la Omega, el principio y el Fin. Los sedientos beberán de balde de la Fuente de agua viva. El que ha vencido es heredero universal: yo seré su Dios y él será mi hijo.
NOTA
Si gustas, puedes también meditar los sgtes. textos bíblicos :
I. MEDITANDO LA MUERTE. Lecturas bíblicas del Antiguo Testamento
II. MEDITANDO LA MUERTE. Lecturas bíblicas del Nuevo Testamento
III. MEDITANDO LA MUERTE. Lecturas bíblicas. Salmos Responsoriales
IV. MEDITANDO LA MUERTE. Lecturas bíblicas. Aleluya y versículos antes del Evangelio
V. MEDITANDO LA MUERTE. Lecturas bíblicas. Evangelios
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